Tiene mucho tiempo que no escribo por aquí, a veces por falta de tiempo, otras por falta de cosas que contar y otras por el propio ajetreo. Hoy estoy aquí en mi cama recuperándome de una cirugía, estoy cansada y un poco adormilada, pero con muchas cosas que decir.
Hace aproximadamente un mes comencé a tener dolor pélvico, dolor constante y no muy fuerte. Eso me llevo al médico, luego a varios estudios, luego a distintos diagnósticos y a más médicos y a incertidumbre. La primera noticia fue que tenía un tumor, luego que me quitarían un ovario y finalmente que podría ser cáncer ya que el marcador tumoral para cáncer de ovario (C52) había salido muy alto.
Es así como la cirugía la programaron para que me interviniera un oncólogo, una ginecóloga y pidoeron que estuviera presente un patologo para decidir si había que explorar más. Durante todos los días previos a la operación me la pase pensando diversos escenarios, con cáncer y sin cáncer... Fueron momentos muy complicados darme cuenta de lo devastador que puede ser escuchar noticias que no esperas, pensé en mi, en mi familia, en lo que he hecho, en lo que me falta hacer, en el amor, en el futuro, en el presente, en lo difícil que sería decirles tan malas noticias. Pensé que uno nunca esta listo para eso, tampoco me sentía lista para luchar en caso de que tuviese que ser así, pensé en lo cansada que estaba aún sin comenzar la batalla.
Finalmente hablé con el oncólogo, él me reviso exhaustivamente y me dio confianza, me dijo que veía mayores posibilidades de que fuese benigno y que lo más seguro es que tuviese endometriosis, una enfermedad crónica que provoca tumores, dolor e infertilidad, entre otras cosas. Es así como logré tranquilizarme hasta la cirugía.
La cirugía duró casi 4 horas, me quitaron el tumor, un ovario, la trompa de falopio y 8 miomas. La buena noticia es que el tumor era benigno y que efectivamente tengo endometriosis, lo cual me ha llevado a otros escenarios.
Tengo 32 años, estoy haciendo un posdoctorado y esperando el momento de concursar para tener una plaza en alguna universidad, me ha costado mucho trabajo llegar a donde estoy y los últimos años de mi vida me he dedicado exclusivamente a esto, a escribir, a prepararme, a competir, a tratar de ser alguien en esto que hago. Todo lo anterior quito de mi futuro cercano pensar en hijos y no es que no me pasara por la mente, simplemente era algo que pensé que aún tenía tiempo para decidir.
Bueno pues la enfermedad me ha planteado el tema de los hijos, según mis médicos debo decidir ya si es que quiero tenerlos porque debe ser pronto. Y bueno, aquí el dilema, estoy en un momento de mi vida donde no lo tengo del todo claro, quiero y no quiero, quiero seguir creciendo logrando mis objetivos, superandome profesionalmente, pero se que sí quiero un hijo debe ser pronto porque no me encuentro en el mejor escenario, es más, aún falta ver si podré embarazarme. Eso por ejemplo, es algo que tengo más claro, pienso que si decido intentarlo y no sucede, pues simplemente pararé y no me aferraré,
Quiero regresar a la normalidad, quiero que esto deje de ser un tema con mi familia y sólo sea un tema con mi pareja, quiero respirar y que las cosas que tienen que suceder sucedan, quiero dejar de sentir presión y vivir mi duelo, quiero asimilar lo que perdí en el camino y gozar lo que tengo, quiero dejar de sentir dolor y tristeza. Quiero seguir amando y viviendo mi vida.
Esto me ha enseñando muchas cosas, me ha enseñado cuanta gente me ama, cuantos se preocupan, cuanta están dispuestos a darme sin recibir nada a cambio. Yo estoy agradecida por todo el amor que hay a mi alrededor y porque sin el no hubiese podido sobrellevar esto. Pero también estoy cansada, quisiera descansar, estar en una playa en silencio tomada de la mano de quien amo, respirar profundo y que con un abrazo me diga que todo estará bien pase lo que pase...
Hace 2 años.