Cada tres minutos

El aire huye metro a metro de mi,
los miles de ojos se pierden en un sólo lugar
las pocas voces visibles se esconden entre murmullos
los pasos incesantes se disfrazan entre la tierra
las extensiones cortas y largas se mueven con fragilidad
Todos los ojos, todas las bocas, todas las piernas
se van mezclando en la multitud, los pasajes hablan de venganza
en un espacio de traidores sin motivos.
Los abrazos, los besos, la pasión se enciende cada vez que se cierra la puerta
las visiones fluyen, los olores vuelan e invaden todo de un aroma indistinguible.
Los colores danzan sobre las olas y éstas chocan con la arena sin darse cuenta
no son nada, sino parte de ella.
La sal florece, los corazones evocan...la flor ha muerto con la tensión del desierto...