25 abr 2013

Comenzando de nuevo...



La muerte de NIN fue un hecho devastador y hasta cierto punto traumático. Creo que tiene que ver con que fue algo totalmente inesperado y agresivo. Todos estos meses me sentí triste y sola, hable mucho sobre como sucedieron las cosas y hasta hace poco me seguía sintiendo impotente por muchas cosas. 

Me negué a tener otro "compañero perruno" en la casa porque no me sentía capaz de darle el amor necesario, pensaba que atención seguía en otro lugar y no aquí. Es por eso que durante mucho tiempo fui reticente y puse una gran barrera para poder acercarme a otro. 

Pero como todo en la vida, a veces te encuentras en situaciones que no esperas. Aquí va la crónica de cómo ahora hay una nueva integrante de esta familia.

El 26 de marzo tuve que levantarme temprano para salir a una reunión de trabajo, me mentalice para soportar el tráfico citadino y emprendí camino. Llegue temprano -raro en mi- por lo que al terminar la entrevista decidí pasar a visitar a mis abuelitos y desayunar con ellos. Así lo hice, platicamos un rato, comimos y después de un largo repaso de la casa en que viví por muchos años decidí irme a mi nuevo hogar. Me despedí con la promesa de visitarlos más seguido, mi abuelita salió y me despidió como solía hacerlo cuando yo vivía con ella...

Ya sobre la avenida vi correr a una perrita blanca, pensé que era de un señor que estaba caminando por allí, pero al verla cruzar la calle desorientada me acerqué a preguntarle si era de él, inmediatamente me respondió que no y que no la conocía. La seguí con el auto un  par de metros y vi que estaba buscando comida y agua, me acerque a una tienda y pregunté si la conocían, me dijeron que no y que nunca la habían visto por allí. Así que decidí seguirla y llamarle. No es la primera vez que le llamo a un perrito en la calle y mi experiencia es que siempre huyen, generalmente porque han sido maltratados y le tienen miedo a la gente. Me pare en la calle y al llamarle corrió a una casa, pensé que era de allí, pero a los pocos minutos salió corriendo, jaja eso quiere decir que entró e inmediatamente la corrieron!... Cuando le llame, se acercó a la ventana del auto y se quedó esperando a ver de donde venía la voz, es así como decidí bajarme y tocarla. Ella amablemente se dejó acariciar y me dio un par de lenguetazos. Fue entonces cuando decidí que necesitaba ayuda para subirla al auto, hice un par de llamadas y mi hermano llegó rápidamente con una correa para sujetarla. 

En ese momento no sabía que hacer con ella, sólo sabía que si se quedaba allí tendría un final trágico porque la carretera estaba cerca y ella ansiosa buscando comida. Así que lo primero era rescatarla y después pensaría que hacer con ella. Finalmente la subimos al auto y la traje a mi casa. 

No fue nada fácil tenerla aquí, sobre todo porque el Matías no la recibió de muy buena gana, así que la llevamos al veterinario a que la revisaran y de paso la dejaríamos en la pensión hasta que encontráramos a sus dueños o a un adoptante. 

En el veterinario me dijeron que su salud era buena, que era cachorra de un año aproximadamente y que tenía signos de haberse escapado, ella estaba limpia y con las uñas recortadas, así que lo más seguro es que por su ímpetu haya escapado de su casa. 

En fin que después de varios intentos fallidos de adopción y de habernos encariñado con ella, decidimos quedárnosla  fue una decisión difícil porque viajamos frecuentemente, porque el Matías es grande y lo menos que quiere es convivir con otro perrito y porque ella tiene energía para jugar las 24 horas del día y nosotros somos especialmente sedentarios, pero sobre todo porque no me sentía lista para encariñarme de nuevo...

Sin embargo y gracias a Alberto, me di cuenta de que ella podía aprender, adaptarse y que de alguna manera podemos darle amor, podemos cambiar su destino y darle un hogar. Es por eso que decidimos que se quedaría aquí.

Sin duda fue la mejor decisión, ella ha devuelto el entusiasmo y la alegría a esta casa, nos obliga a salir a jugar diario por lo menos media hora y a esforzarnos en su educación. Ya la esterilizamos y poco a poco va aprendiendo, aunque a veces se rehúsa con todas sus fuerzas! 

No creo en Dios, y agradezco a todos los que me han dicho que NIN me mandó a Mila. La verdad es que me gustaría creer eso, pero simplemente pienso que después de la muerte no hay nada, sólo se acaba, hay un vacío y ya. 

Como sea y sin muchas explicaciones filosóficas, simplemente me pone feliz que este aquí, que nos acompañe en el día a día. Creo que me detuve porque a fin de cuentas sabía que quería tener a alguien, lo que pasa es que cuesta mucho trabajo aceptarlo, pero ahora esta y aunque hay días que me desespera y me vuelve loca, hay muchos otros que me alegra verla correr por todas partes, brincar y mover la cola!

La vida es eso, decisiones. 

M